Largo de 60 km del oeste al este y ancho de sólo 14 km en su parte más estrecha, el estrecho de Gibraltar pone en relación África y Europa, el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Pues funciona como una puerta, un cerrojo y a la vez una interfaz de una calidad excepcional. Constituye un reto geoestratégico mayor a las escalas continental y mundial. Su control y la seguridad de la navegación y de flujos de intercambios multiformes explican allí fuertes rivalidades geopolíticas, simbolizadas en particular por la presencia de las enclaves de Gibraltar y de Ceuta. Las fronteras marítimas y terrestres están bajo alta presión, estrechamente vigiladas.